Es probable que te
encuentres con uno de esos días en los que no le encuentras sentido a nada.
Puede que no te guste lo que haces, lo que tienes, lo que no tienes… Muchas
veces nos torturamos pensando en cosas que verdaderamente no merecen la pena, y
nos creemos las personas menos afortunadas del mundo. A veces es mejor mirar a
nuestro alrededor con otros ojos, y sonreír, porque no todo está tan mal
al fin y al cabo, hay gente que está en peores circunstancias. No pasa nada por sentirse mal algún día, ya vendrán otros
mejores. Y no pasa nada por perder una oportunidad que creíamos la última.
Porque siempre, siempre, aparece una segunda cuando menos lo esperábamos.