20 feb 2012

Tengo una amiga que aguanta todas mis putadas

Por eso te quiero. No se por qué necesito tenerte ahí todos los días, para conseguir hacerme sonreír cuando me cueste salir adelante, para que con uno de tus chistes malos consigas iluminarme el resto del día, para poder reírme con cada tontería que digas (que ya son muchas), para que te rías de las que yo digo (que ya son demasiadas). Sólo tú sabes hacerme sonreír como lo haces. Sólo tú consigues que me despierte cada mañana con ganas de verte con esa pequeña sonrisa con la que me esperas cada día. No me pidas que aprenda a vivir sin tu mirada, la de extrañeza, o la de cuando pasa algo malo. Gracias por las sonrisas, por las miradas, por las palabras de ánimo. Por las mañanas a tu lado y por las tardes contigo. Gracias por aparecer un día en mi vida y por seguir aún en ella. Gracias por ser siempre tú. ¿Sabes? Nadie dijo que esta vida sería fácil, pero aún así lo parece cuando tú estás aquí. Últimamente las cosas han cambiado para volver a ser igual que antes. Sólo con un pequeño cambio, que ahora tú estás más cerca de mí, de una manera que extrañamente me encanta. No sabía que se podía necesitar tanto a una persona. No sabía que se podía necesitar tanto uno de esos abrazos que me envuelven totalmente mientras dices con tu peculiar sonrisa de embajonamiento y tus ojos achinados cuando te ríes: "te quiero". Y creo que ésa es una de las pocas cosas que me hacen sentir bien a lo largo del día. Me gusta verte sonreír, verte diferente. Feliz. Me gustan los embajonamientos cuando los paso contigo. Son diferentes. Divertidos. Especiales. A veces creo que eres tú lo que me hace sentirme especial. Diferente. Feliz. ¿Sabes? Estos 5 ultimos años han sido cuando más te he conocido, y quiero que sepas, que no veas todo lo que me he perdido estos años atrás. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.